Los despliegues por fases y tests A/B han arruinado la emoción de probar apps en Android

Los despliegues por fases y tests A/B han arruinado la emoción de probar apps en Android

Android Auto 8.0 ya está aquí y, aunque llevamos meses esperando la renovación de Coolwalk, no la tendremos al instalar la nueva versión. WhatsApp comenzó a probar las comunidades, pero aunque tengas la beta casi seguro que no las tendrás activas. Lo mismo se repite cada día con muchas otras apps y funciones.

Probar aplicaciones para el móvil se ha convertido en una lotería donde nunca sabes lo que te encontrarás ese día en el móvil o no, estando a merced de despliegues y tests sobre los que tienes poco o ningún control. Es aburrido y frustrante, pero no siempre fue así.

Cuando las apps cambiaban con su versión

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Hubo una época en el que las listas de cambios de las apps hablaban de los cambios en lugar de tener frases vacías

Los más viejos del lugar recordarán cuando las aplicaciones cambiaban de acuerdo con su versión. Si tenías instalada la versión 2.0 y actualizabas a la versión 2.1, accedías a sus novedades, si es que te parecían interesantes después de leer la lista de cambios. Si no, ni falta que hacía actualizar.

Eran tiempos más sencillos en los que las aplicaciones eran todavía algo más artesanales y todavía no se hilaba tan fino con las aplicaciones sobre dónde y cuándo podían funcionar. Si tu móvil tenía la versión mínima requerida, probablemente puedas instalar la app y acceder a las novedades. O no. A lo mejor se adaptaba fatal a la pantalla de tu móvil, pero ya te apañarás. Estamos hablando de la época en la que las ROM estaban mucho más extendidas y los móviles estaban mucho menos limitados que hoy en día.

Antiguamente si tenías la versión X de una app, tenías las novedades asociadas y se acabó

No teníamos entonces despliegues por fases y si abrías una misma aplicación en tu móvil y en el de tu vecino, probablemente serían iguales y tendrían las mismas funciones, a diferencia de lo que pasa hoy en día. Si las apps eran más homogeneas, ¿cómo puede ser que fuera más emocionante que hoy en día?

La respuesta es simple: estaba claro lo que te ibas a encontrar, en lugar de depender de los designios de la Firebase. Si una aplicación anunciaba una novedad -ya fuera en su versión estable o como prueba, en su beta- la podías tener en tus manos en segundos, en lugar de en meses (si hay suerte).

Canary, alpha, beta y tiro porque me toca

Con el tiempo el panorama móvil empezó a complicarse y eso de que las apps fueran iguales para todos dejó de ser muy práctico, con infinidad de combinaciones de hardware, distintas legislaciones a las que adherirse, móviles plegables, tablets y cosas que simplemente funcionan en un país y no en otro por cualquier motivo.

Desde los inicios, quien quiere estar a la última de sus aplicaciones favoritas estaba invitado a probar la versión beta con los últimos avances a cambio de menos estabilidad, pero esto también acabó quedándose corto. No es lo mismo ser un early-adopter que alguien que por algún motivo (hobby, trabajo, o lo que sea) necesita estar tres pasos por delante. Aparecen así las distintas variantes como alpha, beta, dev, canary, nightly releases y similares. Unas pocas apps mantienen este esquema hoy en día, como es el caso de Google Chrome.

Google Chrome Google Chrome es una de las pocas apps que respeta a sus usuarios. No solo tiene muchas versiones, sino que la mayoría de cambios se pueden activar -o no- con Chrome Flags

La versión estable es para todos los públicos, mientras que en las versiones beta tendrás novedades y cambios antes, aunque es posible que no funcionen muy bien, desaparezcan más tarde sin previo aviso o la app tenga errores, en cuyo caso puedes poner tu granito de arena en el desarrollo informando de ellos a sus creadores. Es una decisión que debes tomar como usuario, y parte de la emoción de participar en un programa beta.

En las betas actuales los usuarios ya no son probadores, sino cobayas a las que se les arrojan cambios para ver cómo reaccionan

Con el paso de los años, ha cambiado la dinámica de las versiones beta. Los usuarios han dejado de ser probadores y se han convertido en cobayas a las que se les arrojan distintos objetos a las jaulas para estudiar su respuesta. Si la respuesta es positiva según lo que se busca en ese momento -engagement, mayor tiempo en la app, compras…- entonces la prueba es positiva. Si no, a la basura.

Y estas pruebas han ido ganando en sofisticación y automatización, de modo que la versión beta ni siquiera nos sirve ya para probar las novedades, pues rara vez las veremos al activarse de forma aleatoria a una pequeña muestra de usuarios primero. Si antiguamente una versión beta implicaba que como usuario querías estar a la última en la app, hoy en día se asemeja más a un contrato en blanco de «échame lo que quieras en la app, aunque se rompa». Claro, que las pruebas no son ni mucho menos exclusivas de las betas, están en todas partes.

Betamaps

La beta de Google Maps es un buen ejemplo de beta que no sirve para nada, pues casi nunca recibe novedades antes que la versión oficial.

Así, es inevitable sentir que las aplicaciones están constantemente poniéndonos a prueba para ver qué posición del botón funciona mejor o si el nuevo filtro de Instagram es guay o no, sin darnos ningún control sobre ello o ni siquiera dignarse a preguntarnos. El Big data se encargará de tomar las decisiones sobre qué sirve o no de una aplicación, dejándonos a veces tirados cuando cierta función se elimina pues «poca gente la usaba».

Vale, cualquier desarrollador está en su derecho de hacer las pruebas que quiera con su aplicación, analizar los resultados y realizar acciones al respecto, pero lo más frustrante para los usuarios es no poder tomar ninguna decisión. Google Chrome es uno de los pocos ejemplos de apps que respetan a los usuarios: permitiéndote activar o desactivar Chrome Flags, pero en la enorme mayoría de aplicaciones esto se lleva a cabo de forma remota, siendo difícil luchar contre ello aunque tengas root. Son los temidos cambios «desde la parte del servidor».

Los anuncios de novedades son decepcionantes

Coolwalk

¿Quieres Coolwalk? Pues ten paciencia porque Google lo anunció en mayo y todavía lo estamos esprando

Google I/O. Un señor se sube al escenario y nos muestra la última virguería de Google Maps o el increíble rediseño de Android Auto. Queda genial en la pantalla, y lo mejor de todo es que ambas «comienzan a llegar hoy mismo a los usuarios». Abres tu Google Maps, nada. Pruebas Android Auto, nada. Y así con todo.

Cada vez que Google anuncia una novedad de Fotos, Maps y resto de apps, en vez de emocionarme me siento cansado de antemano de la larga espera hasta que llegue a mi móvil

Google nos ha acostumbrado a que las novedades que anuncia lleguen tarde, y eso cuando llegan. No solo los móviles son -con permiso de los plegables y alguna locura adicional- cada vez más aburridos, sino que el software es también cada vez más aburrido, y parte de la culpa es que realmente no sabes lo que te vas a encontrar o esperas encontrar algo, y no está.

Para la gran mayoría de las personas, todo esto da igual, pero para los entusiastas de la tecnología, aquellos que vivimos al límite de la aplicación y estamos deseando instalar esa app o ese juego y poner a prueba la última tecnología, esto no solo es frustrante, sino enormemente aburrido. Se acabó la emoción.


La noticia

Los despliegues por fases y tests A/B han arruinado la emoción de probar apps en Android

fue publicada originalmente en

Xataka Android

por
Iván Ramírez

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